Conocida como “La perla del
Adriático”, Dubrovnik es una de las ciudades más famosas y visitadas de
Croacia. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una pequeña
ciudad amurallada que se ha convertido en un gran reclamo vacacional.
La ciudad es preciosa, típica ciudad costera croata, pero que pierde su esencia
bajo las chanclas de los turistas, con aspecto de turista y con el despotismo
del turista. Una ciudad que amanecía
como el “Benidorm de los Balcanes” y volvía a la cama como “Jersey Shore”. Y es
que, durante la noche dominaban las manadas de machos repegados, la lycra, los
zapatos de aguja con los tacones torcidos, el pelo planchado y las
uñas con flores. Lástima.