El año pasado, coincidiendo con el 70º aniversario de la
Victoria sobre el nazismo, y en medio de un sentimiento de orgullo palpable,
Moscú se engalanaba para su día grande. Desfiles y acrobacias aéreas,
ambientazo y fuegos artificiales. Mientras tanto, San Petersburgo seguía
desprendiendo su magia. Tan solo el Hermitage puede hacer perder la noción del
tiempo durante días o hasta que te encuentras de local en local ansiosa por
seguir disfrutando de esa nocturnidad tan absorbente. Lo jedío en perfecta
armonía con el lujo extremo. Lujo sobre todo para los sentidos a través de la
más increíble Arquitectura Bizantina, bellas iglesias barrocas y neoclásicas
(Ay, esos Iconostasios Ortodosxos…) junto a elegantes edificios Art-Nouveau.